Cita de GARCÍA MÁRQUEZ

"La vida no es la que uno vivió,sino la que uno recuerda, y cómo la recuerda para contarla". GARCÍA MÁRQUEZ.

sábado, 20 de junio de 2009

UNA RABIETA INFANTIL



-Mama...¿cuándo vendrá mi papa?

-Pronto...,dentro de una semana.

-Mama...¿cuánto es una semana?

-Poco...

-Mama,,,,yo quiero que venga mi papa.

Por motivos de trabajo,mi padre pasaba largas temporadas fuera de casa(más que por motivos de trabajo, por motivos de falta de trabajo),y nos echábamos mucho en falta mutuamente.

Cada vez que volvía nos traía un regalo, que era acogido con gran regocijo por nuestra parte.

Aquel día venía muy contento porque los regalos eran especialmente bonitos...,el mío iba dentro de una gran caja, que abrí con gran nerviosismo...,y... dentro había...¡una preciosa muñeca de porcelana!...,pero, para desesperación de mi padre,cogí una gran rabieta...y arrojé la muñeca al suelo...,eso para mí no era una muñeca...;ahora puedo comprender la desilusión de mi padre al ver como,aquello que había comprado con tanto cariño,estaba en el suelo hecho añicos.

Creo que me llevé unos merecidos azotes por ser una niña mala.

3 comentarios:

  1. Estoy rodeada de dos de mis nietos, leyendo las historias que cuentas y pienso en lo distinta que sera su vida. Ahora tienen toda clase de juguetes y juegos, nosotras teniamos mucha imaginacion y de cualquier cosa haciamos un juguete que nos tenia entretenidas un buen rato.

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  2. No se si estoy de acuerdo contigo, Juanita. Mis hermanos y yo somos de otra generacion mas joven, y con lo que mas nos entreteniamos era con chapas de botellas, canicas, y cartones de los rollos de papel higienico (los cuales eran muy versatiles, ya que servian tanto de porterias de futbol como de fuerte de los vaqueros). Los tiempos cambian, pero menos de lo que a veces pensamos.

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  3. Lo pasábamos en grande haciendo cualquier cosa, estar por la calle, coger flores, romper tejas, bañarnos en el río, ir de aventuras por el campo, yo recuerdo mi enfancia siempre jugando, sola por la calle, como vaca sin cencerro, que decía mi madre.

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