-Os traeré una "carracla"para cada una.
-¡Bien,para tocar esta semana santa!
-Yo quiero una peonza,decía Astún.
Como cada año,el padre de Astún,igual que la mayoría de los vecinos del pueblo, cogía su burrico y,china chana,se dirigía a visitar las ferias de Ayerbe.
La noche anterior al viaje,alrededor del fuego,les contaba historias de las ferias de otros años.
-Hay un Palacio muy bonito.
-¿Cómo el de Paules?
-Más grande,contestaba el padre.Y, enfrente, una torre con un reloj. La hicieron para que la marquesa viera la hora sin levantarse de la cama.
-¡Qué comodona!
-Cuentan los vecinos que, en esa torre, encerraban a Ramón y Cajal cuando se portaba mal.
-¿Ramonica qué?
-Ramón y Cajal fue un médico muy famoso que vivió en Ayerbe de crío,era algo travieso y no quería estudiar,siempre estaba por los campos cazando pajaricos...
-¿Y su padre lo castigaba?
-Sí,también lo puso a trabajar con un zapatero.
-¡Pobre crío!
-Pero luego estudió mucho y le dieron un premio muy importante.
-¿Muchas perricas?
-Alguna,alguna...
Alrededor de ese Palacio ponen los feriantes los animales que quieren vender.
-¿Muchos animales?,le preguntaban.
-¿También cerdos?¡Qué miedo!
-¿Y vacas? Como las de la Rosario...
-Sí,y ovejas,burros,caballos...
Astún escuchaba con mucha atención y,por la noche representaba en su cabeza todo lo que su padre les contaba,el Palacio,la torre con el reloj,los animales,los compradores,los vendedores...y soñaba que ella también estaba allí.Algún día se cumplirían sus sueños.