LAS ESPIGADORAS

.

.

.

.

.

.

.

.

.

Son las tres de la mañana... ,un grupo de mujeres cogidas del bracillete, caminan decididas hacia los campos de Paules...,hace ya unos días que llegaron al pueblo las cuadrillas de segadores que vienen a casa Marianungría y la siega está en pleno apogeo;las mujeres se dirigen a recoger las espigas que quedan entre el rastrojo...a espigar.En casa han dejado a sus hijos que,cuando se despierten,se comerán un trozo de pan con carne membrillo que les han dejado en el cajón de la mesilla;ellas mismas,por el camino, se comen el pan con chocolate que llevan de companage,el tomate se lo guardan para cuando acaben.

Algunos días,cuando llegan, no se ha hecho aún de día... y se acuestan un rato en la margen del campo, tapadas con los sacos porque la mañanada es fresca.Cuando la luz lo permite,se colocan los talegos atados a la cintura y se disponen a llenarlos de espigas,sus manos y sus piernas se llenan de arañazos... pero no lo notan,hay que volver a casa con el saco lleno en la cabeza,con los brazos en jarras para mantener el equilibrio y bien orgullosas por el trabajo realizado.

Una de esas mujeres era mi madre...,recuerdo una anécdota que les ocurrió;un día cualquiera,por un camino,se les apareció un fantasma...,ellas empezaron a gritar,llamando a los maridos,(una se atragantó con el chocolate),el fantasma huyó al oír los gritos... y nunca supieron quién era.

Continuará...