-Esta hija mía cada día está más delgada...
-¡Como van a estar si no paran...!,están todas arguelladas.
-A ésta,la Petra me la llama "garrillas"...
-Si estuviéramos en el 2000,las llamarían "anoréxicas"...
-Pues habrá que empezar con la novena de las yemas con vino...
-Yo les doy una novena en primavera y otra en otoño,como en casa hay huevos...
-Las mías se las toman como rosquillas...,con un vinico dulce que me vende la Manolica están...que hasta yo me lo bebería.
-Ahí la tienes...,tirada por los suelos,siempre está cansada...,si con la novena no espabila la tendré que llevar a que la miren.
-Ayer mismo las vi corriendo como locas por el paso cabañal,seguro que fueron al cerezo del "Pepo"y las pillaron.
-Si es que hay que estar todo el día encima de ellas...y aún así te la pegan.
-A los míos ya les digo...como se presente en casa el aguacil con una queja...
Y así continuaron charrando y charrando sobre las travesuras de los críos...mientras ellas jugaban tranquilamente a la katiuska.
Menos mal que has rectificado y has puesto el nombre que aquì decíamos "cachusca". El otro Katiuska era un nombre demasiado "ruso" y en aquellos tiempos todo que sonaba a ruso ni mentarlo, era lo mismo que si mentases al diablo.
ResponderEliminarLa "cachusca"para los que no lo sepan era un tacon de un zapato que se nos hubiese quedado viejo. Era de goma, cada cria de entonces llevabamos nuestra correspondiente "cachusca" en el bolsillo, había unas que eran mejores que otras, dependía de como se agarraba la goma mejor al pavimento de la acera, porque si resbalaban y se pasaban de la casilla que habíamos tirado se pasaba la vez a otra compañera. La mejor acera para jugar por lo menos para mí era la de la casa de Antoñico de Alejos lindante con la confiteria. Había allí una acera ancha y con los cuadrantes muy bien definidos. Aunque yo he jugado a la "cachusca" tenía otro juego que era mi preferido era el juego de "las tabas", con otra amiga echabamos unas partidas que ni te cuento, sólo te dire que un invierno de tanto estar sentada en el suelo, como entonces no se llevaban ni leotardos, ni pantalones cogí un enfriamiento en la vejiga lo que hoy se llama "cistitis". Gracias a Dios no fue a mayores y con una faja "inter" y cosas calientes se me paso. Si esta amiga lee estas líneas se reíra y sabrá que es cierto. Con tan pocas cosas !Qué Felices éramos!