Durante el curso escolar había dos momentos que asustaban especialmente a Astún.Uno era la visita de la señora inspectora,momento para el que eran preparadas a fondo todas las alumnas;y el segundo,el tiempo de las vacunas.
Cuando llegaba ese momento todas se ponían a temblar,se buscaban mil excusas para evitar el pinchazo y,al final,todas pasaban por el aro.
-Mañana vienen los de Sanidad a poner la vacuna del sarampión,anunció la maestra.
-A mí no me la pueden poner porque lo he pasado este verano,dijo Astún.
-Eso me lo tiene que decir tu madre.
-Es que se ha ido a su pueblo a cuidar a mi tío.
-Pues entonces, te tienes que vacunar...
No había manera de escapar al pinchazo.
Por la mañana,al llegar a la escuela,ya estaban allí los de Sanidad.
-Os tenéis que remangar el brazo y no tengáis miedo.
La que hablaba era una enfermera joven y guapa,pero llevaba una jeringuilla con una aguja que
medía un palmo.
Por suerte para todas,esa vez se libraban de la vacuna que ponían en la espalda y dolía un montón.
Astún quiso pasar la primera.Por suerte habían traído una camilla por si acaso alguna se mareaba.
Cerró los ojos,como le dijo aquella señorita y se aguantó el dolor,para que no la llamasen cobardica todas las demás, que estaban esperando con más miedo que ella.
Se oyó más de un lloro,pero al final todas fueron vacunadas y endulzadas,pues les repartieron un paquete de caramelos.
conservo dos marcas de aquellas vacunas,una en una pierna y otra en un brazo.Lo curioso es que no tengo ningún recuerdo especial de aquellos pinchazos.
ResponderEliminarLos que si recuerdo bien fueron los del servicio militar.Me toco campamento en San Gregorio en Julio 1971,el año de la epidemia de cólera en la zona del Jiloca y nos frieron a pinchazos y pastillas y para colomo estuvimos en cuarentena.
Y lo que es peor,ni había enfermeras guapas ni caramelos,pero si tios como armarios que se desmayaban,y otros que lloriqueaban...
Cosas de la condición humana
Javier
Esa marca es el código de rayas de nuestra generación.
ResponderEliminarLa marca que llevamos en el brazo es de la vacuna contra la tuberculosis que se dejó de poner en los 70 La que llevamos en el muslo es la de la viruela, que se dejó de poner en 1980 por erradicación de la enfermedad El sarampión se empezó a poner en 1962-63. La campaña antituberculosa se hizo muy bien en la España de la posguerra, pero en cambio lo de la polio fue terrible, no se empezó a vacunar hasta 1964,existiendo vacunas eficaces desde 1955-57, los responsables de la sanidad de aquellos años tienen sobre su conciencia todas las muertes y secuelas que se podrían haber evitado. Astún, ¡que miedo me producía también a mi tener que vacunarme!Javier,cuando la epidemia de cólera en Aragón estaba estudiando ATS ( enfermería) y fuimos a atender a los enfermos al hospital Nuestra Sra de Gracia. Era escalofriante ver a los pacientes sobre una cama de piedra, con un agujero y debajo un cubo para recibir las diarreas continuas, líquidas, que los deshidrataban en un abrir y cerrar de ojos. Se les ponían goteros " a chorro" en ambos brazos y los que se curaban tenían que estar en cuarentena ( en los pabellones del antiguo orfelinato Pignatelli) para evitar que contagiaran a otros. ¡ que tiempos! Eramos tan jóvenes, tan idealistas, no teníamos miedo, sólo ganas de ser útiles.Besos para todos
ResponderEliminarHe hecho grande el dibujo como me has dicho y
ResponderEliminar¡Oh sorpresa! la enfermera es Tempestad. Cuando estudiaba lo que entonces se llamaba ATS ( ayudante técnico sanitario, ¡ que pomposo!) llevábamos un uniforme gris con delantal, cofia y medias blancas, incluso por la calle y todo el mundo nos miraba con simpatía, aunque poníamos unas inyecciones gordas como las que nos daban miedo de niñas, no existían las de plástico, eran de cristal con émbolo y había que hervirlas un buen rato para desinfectarlas. Cuando la epidemia de cólera tenía 19 o 20 años y el mundo era nuestro. Besos
Y la que está preparada para que le pinchen es Astún,ahora las voy a "despersonalizar".Besos.
ResponderEliminarLa enseñanza entre otras de aquella epidemia de cólera fué que la ocultación y la desinformación dió origen a toda clase de bulos que corrian como regueros de pólvora.
ResponderEliminarEn una epóca sin móbiles y con dificultades para contactar con los familiares los rumores de cientos y miles de muertos por la zona del Jalón y el Jiloca se corrian entre los soldaditos.
por contra la versión era a la inversa,y se decía que estabamos en cuarentena por la epídemia entre los militares y que se quemaban los cuerpos en el campo de maniobras de San Gregorio.
Tanto asi que padres y madres se agolpaban en la puerta del campamento y tuvieron que intervenir la policia militar y la guardia civil.
parecen historietas de la mili,pero son hechos ciertos.
Javier
en cuanto al código de barras,hace tiempo que voy buscando la fecha de caducidad y no la encuentro.
ResponderEliminarSerá por que somos yogurines aún?
yo creo que de esos codigos de barras tod@s l@s de nuestra generacion las llebamos tod@s.
ResponderEliminarYa me diras Astun ¿para cuando el cafecito? Pues ya hace dias que no lo hacemos,ya me diras guapa
Clara...,si tú me dices ven,lo dejo todo,pero dime ven...,venga pon día y hora y allí estaré como un clavo.
ResponderEliminaryo te lo digo......pero resulta que hoy me levante con un catarro o gripe o yo que se que es que me duele hasta el ultimo pelo. ya llevaba unos dias rondandolo y al final me pillo.........
ResponderEliminarbesosssssssssssssss
Total mañana fiesta ¿no?.Cuídate.
ResponderEliminar