Cita de GARCÍA MÁRQUEZ

"La vida no es la que uno vivió,sino la que uno recuerda, y cómo la recuerda para contarla". GARCÍA MÁRQUEZ.

sábado, 24 de septiembre de 2011

A PEDIR



-¡Ave María Purísima!
-¡Sin pecado concebida!

Eran las doce de la mañana y la maestra estaba preguntando los verbos cuando, dos personas, algo raras por su forma de vestir, hicieron su aparición en la escuela.

Las crías se miraban unas a otras preguntándose quiénes serían,hasta que la maestra les aclaró:
-Son monjas,no os asustéis.
-Efectivamente,somos" las hermanitas de los pobres"y venimos en busca de ayuda para los ancianitos de nuestra residencia,dijo una de ellas.
-Venimos a pedirle que nos deje alguna niña para que nos ayude a ir a pedir por las casas,dijo la otra.

Al oír esto,todas las niñas levantaron el brazo:
-Yo quiero ir...
-Y yo también...,yo también...,yo también,comenzaron todas a alborotar.
-Está bien,callad de una vez...,Astún y Miraflores irán con una, y la Peduga y Cincovillesa irán con la otra,y espero que no me llegue ninguna queja.
-Y nosotras ¿qué?,comenzaron a protestar las demás.
-¡A callar todas!,y a seguir con los verbos.

Y las afortunadas cogieron los capazos y marcharon a pedir casa por casa,llamando por todas las puertas:
-Señora,¿nos puede dar algo para nuestros ancianitos?
-Estamos bastante necesitados,pero tenga estas judías secas para que coman un día.
-Dios se lo pague hermana,la recordaremos en nuestras oraciones.

En una casa un trozo de pan,en otra un poco de tocino,en otra un par de morcillas,en otra unas manzanas...,poco a poco se fue llenando el capazo.

Las monjas estaban tan contentas que les regalaron unas estampas y un escapulario.

Durante la comida Astún estaba tan emocionada que no paraba de contar su aventura.Le regaló el escapulario a su madre y aquella noche soñó que era una de seas monjas que cuidaban de los ancianitos.






5 comentarios:

  1. A mi me gustaba ir a pedir con los chinitos,aquellas huchas con las que asaltabamos a todos parientes y vecinos, la que sacaba mas perras apadrinaba un niño y te daban una estampa con su nombre.

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  2. Eso era el Domund.Lo cierto es que durante los años 50 y primeros de los sesenta vivían una pleyade de personajes,que podemos encontrar en las novelas de Cela o Delibes,que se buscaban la vida de pueblo en pueblo,y de aldea en aldea,caminado por lo aspéros caminos de entonces:estañadores,paragüeros,vareadores de lana...y religiosos pidiendo.
    No recuerdo monjitas en Malpica,si a monjes,de luengas barbas,vestidos de estameña marrón y calzados con sandalías,creo que recordar que decían que eran misioneros y que iban pidiendo.
    No sé porque extraña razón los asociaba con San Francisco Javier y el Japón.
    Y tambien eran frecuentes mujeres vestidas con hábito y cordones por cinturón ya que cumplian votos,y amigas a las que recuerdo toda su infancia vestidas de luto.
    Javier

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  3. Astun querida ,a mi pueblo tambien venia a pedir pero venian en una furgoneta un poco rara grispor lo menos eso nos parecia a nosotros y traian a un abuelo o dos de su asilo para ayudarlas.

    un besicoooooooooo

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  4. A mí sólo se me ocuure decir, aparte de lo graciosa que te ha quedado esta emtrada...., que hay que ver cómo han cambiado los tiempos...., hasta para las monjas con todo el "voto de humildad" que hacen.
    Ve a decirles a las hermanitas de los "pobres" que salgan a pedir con un capazo..,
    Ahora en estos tiempos que nos va a tocar atravesar es cuando nos vamos a aocrdar más de una vez de tiempos pasados. Saludos a todos.

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  5. Pues está el pais amiga cincovillesa a punto de salir a pedir,pues los indices de pobreza van en aumento y nada hace pensar que en el futuro(15-20 años)vayan a mejorar la situación.
    Si de algo tengo unos pocos conocimientos es de Económia, no muchos eso si,y veo la marcha de las empresas y negocios desde el dia a dia de mi trabajo.
    Y quizas no salgan monjitas a pedir,entre otras cosas porque son una especie en vias de extinción.
    Ademas hoy en dia con las ONG (magnifico negocio por otra parte muchas de ellas),internet,los abonos en cuenta y demas
    inventos ya no sale con el capazo.
    Y un ultimo factor no menos importante,en las epócas que relata Astún lo normal era que las puertas de las casas en los pueblos estaban abiertas.Todo lo más abrías el porton de abajo,dabas una voz y esperabas que de la casa te dijesen sube o bajo.
    A ver quien es el guapo hoy en dia que tiene las puertas abiertas como antaño.
    Javier

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