.
.
.
.
.
-¡Siño Mariano! gritaba Astún ,encaramada en la ventana de la cocina, con los pies colgando en el vacío.
-¡Esta moceta,cualquier día nos dará un disgusto...,exclamaba el siño Mariano, indicándole que se metiera para adentro.
Mientras...dentro de la cocina,la peduga llamaba a su madre, para que rescatara a su tata de la ventana.
La madre se acercó lo más sigilosamente posible,y de un brazao la agarró y la metió para adentro.
Una vez a salvo, descargó los nervios dándole una zurra en el culo:
-¡Eso no se hace,nos vas a matar a disgustos,todos los días una cosa u otra,!¿qué vamos a hacer contigo?
En la cocina se encontraba Don Paco,el médico ,que había ido a visitar a la abuela:
-Así se hace...,no se les debe dejar pasar una tras otra,decía.
Las hermanas de Astún miraban asustadas y tomaron buena nota de cómo se las gastaba su
madre cuando se enfadaba.
-Astún ¿lo volverás a hacer?,le preguntaban...,y ella...,entre sollozo y sollozo, contestaba que no,que nunca más.
Y...,según cuenta la historia...Astún cumplió con su palabra.
-
-
Menudo trasto estabas hecha...
ResponderEliminarUn poco,un poco.
ResponderEliminarLos niños tienen un angel de la guarda ¿no?
ResponderEliminar¡¡¡PERO JAMIA¡¡¡¡ ¿como puede ser que hayas sido tan bicho?
ResponderEliminarMenos mal que ya te formalizaste muchacha...........