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Aquel verano de finales de los cincuenta había sido especialmente seco y las cosechas bastante pobres, por lo que el trabajo escaseaba y el hambre se hacía sentir en las casas de los menos favorecidos.
Una mañana de otoño,cuando los alumnos de la escuela salieron al recreo en la plaza de la iglesia,observaron que una furgoneta estaba descargando en casa del cura,todos se preguntaron si "los americanos"nos habrían mandado algún lote de alimentos como otras veces;al llegar a casa la madre de Astún dijo:
-Habrá que ir a casa del cura a recoger lo que han mandado"los americanos",yo no puedo ir,así que os daré una bolsa y vais vosotras.
-Y¿qué nos darán?
-Pues mantequilla,queso y leche en polvo.
-¿Son muy ricos los americanos?,preguntó Astún.
-Sí,tienen mucho dinero...,y coches muy grandes...,y comen muy bien,respondió su madre.
-Yo,de mayor,quiero ser americana.
Cuando,por la tarde,fueron a por los alimentos,ya había una gran cola...;mientras el cura decidía a quién daba y a quién no,ellas soñaban con las riquezas de aquella gente,se imaginaban comiendo cosas buenas...,montando en grandes coches...,en fin...soñar costaba tan poco...;esperaron pacientemente hasta que les tocó el turno,preguntándose si habrían sido buenas para que les dieran algo,al final consiguieron un poco de cada cosa y volvieron a casa contentas porque esa tarde merendarían pan con mantequilla y un poco de queso.