
Aquel otoño,como todos los demás,el padre de Astún tenía que cumplir con sus trabajos vecinales.La limpieza de las zonas comunes,acequias,"arboleras",etc,se repartía entre los vecinos,a cada uno las jornadas que le correspondieran,según sus propiedades.
Por la mañana tempranico,cogió su "ajau"y se dirigió a la arbolera para proceder a su limpieza.Lo que allí se encontró era digno de ver.Había llovido bastante,y las setas formaban una alfombra multicolor:
-Les llevaré unas pocas para las crías,se dijo.
Y se metió unas cuantas en la alforja.
Por la noche aquella casa fue una fiesta.Prepararon la parrilla,hicieron una buena brasada y el padre se encargó de asarlas.La peduga no paraba de "tizoniar"con las tenazas y su padre le riñó,por miedo a que se quemara.Mientras, la madre preparaba aceite con ajo picado y un poco de perejil :
-Astún,baja al corral y sube unas plumas de gallina.
-Es que está el gallo y tengo miedo.
-Lo espantas y no te hará nada.Necesito una pluma para untar las setas.
Obedeció a regañadientes y consiguió las plumas.
Hacía tiempo que la familia no comía algo tan delicioso.
-Papa,¿nos traerás más mañana?,preguntaron.
-Mañana ya no quedará ninguna...,respondió.
Bueno,pues para el año que viene,se resignaron.Y se fueron a dormir contentas y satisfechas.