-¡Qué bien estamos aquí!
-¡Sí,estamos en la gloria!
-Además vemos todo lo de abajo.
-Vemos lo bien que están...
-¡Qué bien estábamos también allí!
-Éramos felices...
-Muy queridas y muy cuidadas...
-Hoy sábado tocaba baño...
-Y corte de pelo...
-¡Qué guapas nos dejaban!
-Aunque los cortes de uñas,dolían un poco...
-Bueno...,es que con estas uñas...
-¿Y las comidas?¡Qué ricas...
-Todos los días chocolate...,tan bueno.
-A mí me dejaban todo preparado...
-Pobre...,qué palizas se pegaba.
-El trabajo,la casa,la compra...
-Los hospitales,las enfermedades,las preocupaciones...
-¡Qué suerte hemos tenido con ellas!
-Desde aquí las protegeremos...
Y siguieron hablando y hablando...
Lo que nosotras recibimos no se explica con palabras...,no cabe en los papeles.
ResponderEliminarEstoy segura que tendrán ese diálogo y que desde allí dónde estén querrán veros felices a vosotras.
ResponderEliminarEs un camino que tarde o temprano todos hemos de emprender. Besos.
Es la "EDAD DE LOS CORAZONES ROTOS".Otra MADRE con mayúsculas que se incorpora a las"conversaciones en las alturas".Ellas ya descansan en paz,pero a nosotras nos dejan con el alma rota.Manuela,siempre la recordaremos por su GENEROSIDAD y su ELEGANCIA,entre otras muchas cualidades.ÁNIMO,te queremos.
ResponderEliminarHe leido la triste noticia en el Heraldo de hoy.Y en estos casos siempre me faltan las palabras.El dolor de los demas es un pozo sin fondo e incomprensible.
ResponderEliminarSolo os puedo enviar mis mejores deseos.
Con todo mi aprecio.
Javier
Javier,no hay palabras,ayer fue un día de dolor en Erla,compartido por todos.Un abrazo.
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