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Caía un sol de justicia y los obreros que trabajaban en la zanja sudaban a la gota gorda.Al punto de la mañana habían cogido el autobús que los llevaría desde el pueblo a Zaragoza, a ganarse un jornal con el que mantener a su familia.
Se aproxima la hora de la comida:
-Hoy tendremos que buscar una buena sombra para comer...
-Sí,porque estamos achicharrados...
-Espero que la mujer me haya puesto una buena ensalada...,con sardinetas de lata.
-Lo que llevemos,caerá...
Así lo hicieron,se protegieron del sol abrasador bajo las ruinas de una antigua fábrica:
-¡Qué rico este lomo adobado!
-Y la tortilla de patata...¡riquísima!
-Comes poco...¿no tienes hambre?
-Hoy estoy un poco desganado,será el calor...
Pero no,no era el calor...,pensaba en sus hijas,que todos los días esperaban impacientes a ver lo que su padre les guardaba en la fiambrera..., y hasta se organizaba alguna batalla campal por llegar las primeras a la alforja...,aunque siempre acababan repartiendóselo como buenas hermanas.
La feliz realidad de las carencias materiales vividas;forjaron, junto a la dedicación, trabajo y cariño de nuestrs mayores; la vida que hoy vivimos.
ResponderEliminarEs muy cierto el comentario........
ResponderEliminarPero la lastima es que ahora lo de la familia esta tan ¡cambiado¡
Veo amiga que has vuelto a cojer las riendas del blog.jejejejejje.
Sabia reflexión,Miraflores,y... como dice Clara...,muy cierta,saludos a los dos.
ResponderEliminarQUE RICA ESTABA LA TORTILLA DE LA FIAMBRERA
ResponderEliminarAHORA ME LA COMERIA BIEN A GUSTO
TIENES RAZON CLARA ... LOS NIÑOS DE AHORA YA NO SABEN LO QUE ES ESO ....UNA LASTIMA
Cómo que no? Ah... perdona, que a veces se me olvida que ya no soy un niño...
ResponderEliminarMuy bueno,Rubén...,aunque, si tenemos ilusiones...,siempre seremos como niños.
ResponderEliminarMi comentario a este "pasaje" de tu vida, lo resumiría brevemente con dos palabras: EGOISMO y GRATITUD.
ResponderEliminarEGOISMO por la ausencia total de él, y GRATITUD por la que tú reflejas al plasmarlo aquí.
Dos palabras muy latentes en nuestros días: una por ir tan a la alza y la otra por ir considerablemente a la baja.
No me sirven las tan socorridas frases.... "eran otros tiempos", "se vivía de otra manera" etc, etc, etc,
Leo todas estas cosas que reflejas, Astun, y me recuerda todo lo mio allá en Extremadura, mi hermosa tierra cálida y generosa. Me entristezco y me sonrío al pensar que tantos años como han pasado han sido beneficiosos para mi alma. Un abrazo.
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