Algo se olieron los críos al verla correr y la siguieron con disimulo.Si era lo que pensaban la iban a pillar in fraganti.
En casa de Astún,como en la mayoría de las casas,el corral era el lugar que hacía las veces de váter.
El corral de Astún tenía una particularidad...,una tapia lo separaba de la calle,de tal manera que,empinándose un poco,quedaba a la vista de los curiosos,por más que te arrimaras a la pared,era inútil,se veía todo.
Se encontraba tan mal que no le importó nada,ni los gamberros que miraban encaramados a la tapia,ni las gallinas que merodeaban a su alrededor.La peduga intentaba protegerla gritando,pero no conseguía nada.
Era un problema con el que tenían que convivir a diario y había que tomarlo con calma.