Eran casi las cinco de la tarde y el sol caía sobre la piscina con toda su fuerza,cuando Astún vio aparecer a las princesitas del verano:
-¡Qué guapas!,¿me dais un beso?
Una de ellas se resistía...
-¿Se te han acabado?,preguntó Astún si obtener respuesta.
Una vez en la piscina se les apareció el duendecillo del agua para jugar con ellas:
-Princesita pequeña,¿no tienes besos?
-Ya me quedan pocos y no los quiero gastar,respondió.
El duendecillo de las aguas sacó su móvil y llamó al duendecillo de los besos.
-¿Estás ocupado?,le preguntó.
-Sí,estoy en una fiesta de cumpleaños,fabricando besos para los amigos de una niña que hoy cumple seis años,y todo el mundo la quiere mucho.
-Cuando tengas un rato,te pasas por Erla a visitar a una princesita que se ha quedado casi sin besos y necesita unos cuantos.
-Tranquilo,en cuanto pueda estoy allí...
Aquella noche la princesita pequeña soñó que era su cumpleaños,pero nadie le daba besos...,a todos se les habían acabado...,y lo pasó muy mal.
Cuando al día siguiente volvió a la piscina,buscó a Astún y le dio uno de los besos que le quedaban...,no había que preocuparse,ya vendría el duendecillo en cualquier momento y fabricarían un montón.
